Es importante que destaquemos esta pregunta puesto que el desarrollo de la lateralidad es fundamental para que el niño pueda aprender a desplazarse y a vivir en el entorno que lo rodea. Además, es primordial para aprender a leer, escribir, tener un esquema corporal y unas nociones básicas del espacio.

Imagen obtenida de Nociones espaciales.
Muchos son los autores que relacionan los problemas de aprendizaje de un niño con su lateralidad. Mesonero (1994) nos explica, que cuando nos encontramos ante un niño con dificultades en el aprendizaje de la lectura o escritura, lo asociamos a que tienen un problema con la discriminación entre derecha e izquierda lo que se intuye que tiene una mala adquisición de su esquema corporal, o también a que puede ser debido a un retraso en la maduración nerviosa, o al que el niño alterne la lateralidad y no tenga una dominante, sin descartar el entorno y la familia. A esto también les apoya el autor Piaget (1984) y Le Boulch (1987) afirmando que la psicomotricidad y la estructura espacial, también influyen en el aprendizaje lecto-escritoras y que puede conllevar a fracaso escolar.
Para obtener pruebas objetivas sobre la dominancia de la lateralidad en los niños en el ámbito de educación infantil, nos basamos en el “Test de Harris” que registra una serie de pruebas con cada miembro del cuerpo y en el que el profesor determinará si un niño tiene lateralidad diestra, zurda o ambidiestra en tres zonas corporales: en miembro superior, en miembro inferior y en el ojo. Se han demostrado en varios estudios que los niños con predominancia sobre la lateralidad diestra obtienen mejores resultados en los ítems de aprendizaje escolar respecto a los de la lateralidad zurda y cruzada.
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